Esta mañana muy temprano he recibido la llamada telefónica de Hila en la que me comunicaba el fallecimiento de Emilio. No por esperada (llevaba varios meses jugando la última prorroga contra su enfermedad) ha resultado menos dolorosa su pérdida.
Jugador, entrenador, directivo, colaborador y padre de jugadores...siempre del Tabi y para el Tabi. Ese grandullón, de 46 años, vinculado desde siempre al pueblo de Durango y entregado a sus gentes y a su familia (un abrazo cariñosos para Laura y sus críos). Siempre sonrriente, solidario y comprometido.
Se nos ha ido, sin hacer ruido, como él era, sin estridencias, sin protagonismo. Pero su impronta y legado quedará siempre grabada en la memoria de todos los durangeses, y en especial de todas y todos aquellos vinculados al Tabirako.
Sin apenas tiempo para digerir la noticia de la pérdida de Emilio, un nuevo mazazo nos sacude: Ahinoa también nos deja, con tan sólo 16 años y toda una vida por delante. Se nos rasga el alma. Una mezcla de dolor, rabia e impotencia invade a todo el basket vizcaíno...y sobre todo a su familia.
Suenan los teléfonos, llegan los mensajes de apoyo, condolencias, ánimo, disposición....todos a una....En estos dolorosos momentos se olvidan rivalidades, rencillas, discusiones estériles....afloran los sentimientos a flor de piel.
Aparece la gran familia del basket vizcaíno. No hay colores, ni equipos, ni rivales...TODOS somos del mismo equipo....del equipo de la SOLIDARIDAD.
Se nos han ido dos de los nuestros. Un gran entrenador y una voluntariosa jugadora.....seguro que allá donde estén ya estarán preparando su particular pre-temporada....Emilio ha realizado un gran fichaje con Ahinoa, y Ahinoa tendrá la oportunidad de aprender de un gran entrenador y persona. Mucha, mucha suerte a los dos y vayais donde vayais, o esteis donde esteis, no olvideis nunca que tampoco nosotros os olvidaremos.
